¡AMADO DIOS! YO:

Estoy aquí únicamente para ser útil. Estoy aquí en representación de Aquel que me envió. No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará. Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo. Sanaré a medida que le permita enseñarme a sanar. [UCDM - LT, Cap. 2, 18.2 - 18.6]

♥ Una excelente obra ♥

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sábado, 15 de marzo de 2008

La Semana Santa UCDM


No nos pasemos esta Semana Santa lamentando la crucifixión del Hijo
de Dios, sino celebrando jubi­losamente su liberación.

Pues la Pascua de Resurrección es el signo de la paz, no del dolor.


Un Cristo asesinado no tiene sen­tido.

Pero un Cristo resucitado se convierte en el símbolo de que el Hijo
de Dios se ha perdonado a sí mismo, en la señal de que se considera
a sí mismo sano e íntegro.


Esta semana empieza con ramos y termina con azucenas, el signo puro
y santo de que el Hijo de Dios es inocente.

No permi­tas que ningún signo lúgubre de crucifixión se interponga
entre la jornada y su propósito, entre la aceptación de la verdad y
su expresión.

Esta semana celebramos la vida, no la muerte.

Y honr­amos la perfecta pureza del Hijo de Dios, no sus pecados.

Hazle a tu hermano la ofrenda de las azucenas, no la de una corona
de espinas; el regalo del amor, no el "regalo" del miedo.

Te encuen­tras a su lado, con espinas en una mano y azucenas en la
otra, indeciso con respecto a cuál le vas a dar.

Únete a mí ahora, des­hazte de las espinas y, en su lugar, ofrécele
las azucenas.

Lo que quiero esta Pascua es el regalo de tu perdón, que tú me
concedes y yo te devuelvo.

No podemos unirnos en la crucifixión ni en la muerte.

Ni tampoco puede consumarse la resurrección hasta que tu perdón
descanse sobre Cristo, junto con el mío.


Una semana es poco tiempo, sin embargo, la Semana Santa simboliza la
jornada que el Hijo de Dios emprendió.

Él comenzó con el signó de la victoria, la promesa de la
resurrección, la cual ya se le había concedido.

No dejes que caiga en la tentación de la crucifixión ni que se
demore allí.

Ayúdale a seguir adelante en paz más allá de ella, con la luz de su
propia inocencia alum­brando el camino hacia su redención y
liberación.

No le obstru­yas el paso con clavos y espinas cuando su redención
está tan cerca.

Deja, en cambio, que la blancura de tu radiante ofrenda de azucenas
lo acelere en su camino hacia la resurrección.


La Pascua no es la celebración del costo del pecado, sino la
celebración de su final.

Si al mirar entre los níveos pétalos de las azucenas que has
recibido y ofrecido como tu regalo vislumbras tras el velo la faz de
Cristo, estarás contemplando la faz de tu hermano y reconociéndola.

Yo era un extraño y tú me acogiste, a pesar de que no sabías quién
era.

Mas lo sabrás por razón de tu ofrenda de azucenas.

En el perdón que le concedes a ese forastero, que aunque es un
extraño para ti es tu Amigo ancestral, reside su liberación y tu
redención junto con él.

La temporada de Pascua es una temporada de júbilo, no de duelo.

Contempla a tu Amigo resucitado y celebra su santidad junto conmigo.

Pues la Pascua es la temporada de tu salvación, junto con la mía.



Tomado del libro Un Curso de Milagros

!!CAMINEMOS TODOS HACIA UN GRAN DESPERTAR¡¡

"El Curso de Milagros" es un comienzo,no un
final.Tu amigo, el Espiritu Santo,va contigo.No estamos solos El siempre nos
acompaña! Cualquier cosa que nos pase o nos preocupe, estoy segura que El nos
guiara para retomar el camino a la Paz...Todo lo que tenemos que hacer es acudir a El y pedir una respuesta y esperar pues El te la dara con mucho Amor ....Ten confianza absoluta!!

Si no crees que ya estás preparado, si piensas que aún no estás listo, deja de pensar. Lee otra vez estas palabras de amor y deja que el sonido del amor se lleve tus preocupa­ciones. Entrégame a mí los pensamientos que aún te perturban y yo te los devolveré transformados por el Amor. No te lamentes por tus pensamientos ni creas en pérdidas de ningún tipo. De esta manera todo lo que ya has recibi­do será recordado en esta hora de la segunda venida de Cristo. (Libro Curso de Amor)

AMADO DIOS :
Te entrego este instante santo
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.

1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. 4Él está a cargo a petición mía. 5Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.(Curso de Milagros)


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