(K. Wapnick: ”Las Ideas no Abandonan su Fuente")
Todo en la mente dividida: el ego, el Espíritu Santo y el tomador de decisiones son una ilusión. Existe el peligro, entonces, de al enfoc...arse en el Espíritu Santo en la mente recta interpretemos que la mente errónea es real. Pero el propósito de la mente recta es hacerse innecesaria a sí misma, disolverse a sí misma en la nada. Lo que sucede al final del proceso es que observas con tu mente recta a la errónea y la errónea al ser una ilusión sostenida por la creencia, cuando se retira la creencia, desaparece. La mente recta desaparece también, porque la mente recta solo tiene sentido para corregir la mente errónea. ¿Si no hay mente errónea para qué se necesita la mente recta? El tomador de decisiones sólo tiene sentido para escoger entre la mente recta y la errónea, si no hay mente errónea ni recta no hay tomador de decisiones tampoco. Todo lo que permanece entonces es la Mente de Dios/Cristo la cual es nuestra Realidad.
El único valor del Espíritu Santo o de Jesús como un símbolo del Espíritu Santo es el de deshacer la mente errónea, punto donde nos damos cuenta de que el E.S. era una ilusión también. El peligro es que nos enamoremos tanto de la mente recta que queramos permanecer ahí. El peligro es que nos agrade tanto la idea de tener a Jesús como un hermano mayor que nunca crezcamos. Pero por el otro lado, tú no te vas ni si quiera a acercar a ese punto sin pedir ayuda del Espíritu Santo o de Jesús, y darte cuenta de que necesitas ayuda fuera del sistema de pensamiento del ego.
Al final del camino te das cuenta de que la Voz que te habla es tu propia Voz. No la voz de la persona que tú piensas que eres, sino la Voz (con mayúscula) que está en todos. Y esa es nuestra Voz, pero no como una persona. Jesús y el Espíritu Santo son básicamente substitutos hasta que aceptemos lo que somos, que es lo que significa aceptar la Expiación. El peligro es entonces hacer esto real, y si haces esto real haces al ego real también, que es lo que quiere el ego. En otras palabras, terminamos haciendo especial al Espíritu Santo, porque lo vemos separado de nosotros. Al hacer esto hacemos especial al ego también. Este es el peligro de pedir por cosas específicas en el mundo, porque estamos usando el Espíritu Santo que realmente representa el deshacimiento del ego para reforzar al ego. Por esto es importante el ver lo que la escalera completa representa.
Existe un peligro de hacer a Jesús o al Espíritu Santo especial. Y no digo que no se desarrolle una relación con ellos porque si no, no va a haber manera de que lleguemos al punto donde queremos llegar sin ellos. Pero sí debes de darte cuenta de que ellos son símbolos también. Los símbolos del Ser que somos en realidad pero que hemos olvidado. Como nos hemos hecho a nosotros mismos símbolos de separación, necesitamos símbolos que corrijan eso, símbolos de la Expiación. Pero necesito el símbolo de la Expiación hasta que reconozca que nos soy el símbolo de la separación. Entonces la separación desaparece, la Expiación desaparece y todos los símbolos desaparecen. Y estamos de vuelta de donde nunca nos fuimos.