Reflexión a la luz de Un Curso de Milagros!!

Si solo por un momento nos detuviésemos para pensar en el tremendo peso que
el juicio hacia nosotros mismos y hacia otros representa, dejaríamos de
hacerlo, podríamos darnos cuenta de que cuando juzgamos a las personas lo
que en realidad estamos haciendo es proyectando aquello que no nos gusta en
nosotros, solo que por el peso de la culpa lo negamos y lo lanzamos a quien
más se parece a nosotros, tal vez no en forma exacta, pero finalmente igua
porque la realidad es que somos espejos unos de otros. Enjuiciamos aquello
que desconocemos, aquello que representa una imagen similar, lo que puede
confrontarnos, lo que nos recuerda algo del pasado que no hemos concluido
que creemos que nos han hecho.
Soltar los juicios representa primero soltar la culpa y ascender en el
perdón liberador, porque solo el perdón nos aleja de ellos y nos une al am
sanador, nos une al Padre y nos regresa a la realidad de Dios, un Dios que
no enjuicia a Su Hijo porque nunca lo ha visto culpable, lo ve en la
perfección en que Él lo Creó, inocente y sin faltas, en santidad total,a Su
Imagen y Semejanza.
Lc. 311 U.C.D.M.