De acuerdo con las enseñanzas del Espíritu Santo, todas las relaciones son compromisos totales. No hay conflicto alguno entre ellas. Tener absoluta fe en cada una de ellas sólo puede proceder de una perfecta fe en nosotros mismos. Pero no podemos tener absoluta fe en nosotros mismos mientras sigamos sintiendo culpa. Y seguiremos teniendo culpa mientras creamos que podemos hacer que un hermano sea lo que no es sólo porque lo deseemos.
Mientras no estemos dispuestos a creer que dentro de nosotros mismos se encuentra el amor perfecto vamos a tener tan poca fe. Y así, buscamos afuera lo que podemos encontrar adentro. En el instante santo compartimos la fe que tenemos en el Hijo de Dios porque juntos reconocemos que él es digno de ella y no podemos dudar de su santidad. Y, por lo tanto, le amamos.
Allí, mientras compartimos la santidad, toda separación desaparece. La santidad es poder, y cuando se comparte, su fuerza aumenta.
El Curso dice que si intentamos satisfacernos gratificando nuestras necesidades tal como las percibimos, es porque creemos que la fuerza procede de otro, y lo que nosotros ganamos, el otro las pierde. Si nos percibimos débiles, alguien tiene que salir perdiendo. Somos una idea, igual que Dios es una idea, y al igual que Él, nos podemos entregar totalmente sin que eso suponga pérdida, de eso sólo pueden derivar ganancias.
En esto reside la paz, porque en esto no hay conflicto. En el instante santo reconocemos que la idea del amor vive en nosotros, y unimos esta idea a la Mente que la pensó y que jamás podría abandonarla. El instante santo se convierte así en una lección de cómo mantenernos cada uno en la mente del otro sin experimentar pérdida alguna, sino completud.
De esto se deduce que sólo podemos dar. Y esto es amor, pues es lo único natural de acuerdo con las leyes de Dios.
En el instante santo prevalecen las leyes de Dios, que son las únicas que tienen sentido. Y así, las leyes de este mundo, dejan de tenerlo. Cuando el Hijo de Dios acepta las leyes de Dios voluntad propia, es imposible que se sienta aprisionado o limitado. En ese instante es libre, pues en el instante en que se niega a estar aprisionado, en ese mismo instante deja de estarlo.
En el instante santo se recuerda a Dios, y con Él se recuerda el lenguaje con el que nos comunicamos entre todos. Pues la comunicación se recuerda en unión con otro, igual que la verdad.
No hay exclusión en el instante santo, porque el pasado desaparece y con él, toda exclusión se desvanece. Sin su fuente, la exclusión desaparece. Y esto permite que la Fuente que compartimos la reemplace en nuestras conciencias. Y experimentaremos la plena comunicación de ideas con ideas.
UCDM por:Yeye Juares
viernes, 24 de julio de 2009
El instante santo y las leyes de Dios
Publicado por Taty en 9:02:00 p. m.
!!CAMINEMOS TODOS HACIA UN GRAN DESPERTAR¡¡
Si no crees que ya estás preparado, si piensas que aún no estás listo, deja de pensar. Lee otra vez estas palabras de amor y deja que el sonido del amor se lleve tus preocupaciones. Entrégame a mí los pensamientos que aún te perturban y yo te los devolveré transformados por el Amor. No te lamentes por tus pensamientos ni creas en pérdidas de ningún tipo. De esta manera todo lo que ya has recibido será recordado en esta hora de la segunda venida de Cristo. (Libro Curso de Amor)"El Curso de Milagros" es un comienzo,no un
final.Tu amigo, el Espiritu Santo,va contigo.No estamos solos El siempre nos
acompaña! Cualquier cosa que nos pase o nos preocupe, estoy segura que El nos
guiara para retomar el camino a la Paz...Todo lo que tenemos que hacer es acudir a El y pedir una respuesta y esperar pues El te la dara con mucho Amor ....Ten confianza absoluta!!
AMADO DIOS :
Te entrego este instante santo
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.
1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. 4Él está a cargo a petición mía. 5Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.(Curso de Milagros)