LA oracion que tiene sentido: El Perdon!

La práctica del perdón es importante por una razón adicional. La gente tiene la fuerte tentación de recurrir a soluciones mágicas para sus problemas y de ese modo evitar el verdadero cambio.

Hasta la oración puede usarse equivocadamente de este modo. El Maestro Jesús enseñó que si pedimos recibiremos , y que nuestro Padre amoroso jamás rehusará una suplica. Sin embargo, a menudo la gente ha pedido la ayuda de Dios para la solución de un problema y ha esperado con desilusión y creciente ira por la ayuda que jamás ha llegado. El problema no es que Dios haya rechazado su ruego sino más bien que ellos no se han dado cuenta de lo que verdaderamente han pedido.

Aún cuando estaban pidiendo ayuda y aparentemente no deseaban nada más que lograr que su problema se resolviera, la voz del ego estaba instándoles a que se aferraran al mismo; el miedo puede ser tan grande todavia que no estemos listos para soltar el problema.

Todos estamos relativamente familiarizados con semejantes dobles mensajes. San Pablo expreso en un nivel diferente un sentimiento parecido cuando dijo:

"Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero, y si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mi" (Rm 7:15, 19-20)

Confrontado por esta clase de conflicto, un conflicto en el cual nosotros hemos elegido permanecer, Dios esperará. El jamás violará nuestro libre albedrío, y mientras el miedo nos impulse a retener nuestras defensas; el no nos las arrebatará por la fuerza. ¿Cómo debemos orar entonces cuando estamos acosados por el miedo, la culpa, la ansiedad o la depresión? El curso enseña que la única oración que tiene sentido es la que rezamos por alguna forma de perdón puesto que tenemos todo lo demás, unicamente nuestro perdón es necesario para remover las interferencias que nos impiden experimentar el regalo ilimitado de Dios: La comunión con El que es el mayor alcance de la oración.

No necesitamos pedir nada más puesto que ya lo hemos recibido todo, lo único que necesitamos es abrirnos a la ayuda que el Espíritu Santo provee para permitirnos que perdonemos a otros de modo que nuestros pecados puedan ser perdonados.

El curso pone marcado énfasis en esta especificidad, puesto que es a través del enfrentamiento con cada problema específico que el hábito del perdón se puede generalizar finalmente. En cada ocasión, debemos aprender a traer la oscuridad de nuestras percepciones erróneas a la luz de la verdad; no debemos ocultarle ningún secreto culpable a Aquél que ha venido a ayudarnos, sino que debemos aprender a aceptar nuestra responsabilidad por la misería que sentimos sin desplazar su causa hacia los demás.

Cuando nos sintamos deprimidos o ansiosos, temerosos o airados, debemos estar dispuestos a decir en oración:

"Hoy evito que los pensamientos del ego dirijan mis palabras o acciones, cuando se presenten los observaré con calma y luego los descartaré. No deseo las consecuencias que nos acarrearían; por lo tanto, no elijo conservarlos. Padre, hoy elijo oír sólo tu voz quien me dirige a la verdad"

Sólo así serán contestadas nuestras oraciones, serán sanados nuestros problemas y nuestra función como mensajeros de Dios nos permitirá ser la fuente de Luz que el Espíritu Santo quiere que seamos.(Art: que llego a mi correo)