Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.

Aceptar nuestro papel en el Plan de Dios nos es tan difícil, solo requiere una pequeña dosis de buena voluntad para recordar que hemos estado siempre bendecidos y amados por Él desde el Origen. Aceptar humildemente que podemos vivir mejor y en completa paz si aceptamos Su Amor, para lo cual lo único que necesitamos hacer es recordar que cada día podemos recurrir al Espíritu Santo para que nos apoye, aceptar que la única herramienta con la que contamos para salir del sueño de pesadilla, de separación y de muerte, es el perdón. Tomemos el día de hoy el mensaje permanente de nuestro Hermano Mayor Jesús, aceptar nuestra función, aceptar cómo hemos sido Creados por Dios: inmutables, eternos, felices, en paz y abundancia.



Necesitamos hacer un recorrido por los laberintos de nuestra mente para poder reconocer en dónde nos estamos atorando, desde dónde tenemos que iniciar el caminito del reencuentro con nuestro espíritu perfecto. A través de la aceptación de seguir las enseñanzas del Espíritu Santo podemos, si así lo elegimos, iniciar el camino al cambio de pensamiento, escalando del primero de los sistemas de pensamiento (el del ego) al tercero de ellos (el del Espíritu Santo). Esto es observando el comportamiento del ego dentro del segundo sistema, que es a lo que va dirigido el Curso y en el que el ego es observado y son también observadas sus falsas fabricaciones y proyecciones que hace sobre el mundo y, desde esta nueva visión tomar conciencia y completa responsabilidad sobre las decisiones y actuaciones que hacemos día a día.



Dios nos Creó en el mismo estado de perfección de Él, solo que en el sueño de pesadilla del juicio del ego el Cielo se oscureció y surgió el infierno cuando Dios hizo enemigo a Su Hijo [al menos ésta es la historia que el ego elaboró]. En este sueño inventado por el ego hemos pensado que somos diferentes de Dios, que solo somos una emulación, y aquí en el mundo irreal e ilusorio nos vemos como opuestos, el Cielo y Dios desaparecen y así pensamos que podemos ser diferentes a como Él nos Creó, y así es que transformamos Cielo en infierno. Pero si volvemos a elegir, a decidir, nuestros pensamientos de desamor y falta de perdón, entonces podemos regresar a la Unidad , al Cielo del que provenimos (que ni siquiera hemos salido de él, solo creemos que salimos). Regresamos al Amor de Dios, a nuestra Fuente Creadora, ya que como lo presenta el Curso las ideas siempre regresan a su fuente y nosotros somos una Idea de Dios.
..Publicado por: Georgina Arteaga-Carlebach