El Instante Santo.

Cuadro de Enrique Aravena.

El instante santo es el recurso de aprendizaje más útil del que dispone el Espíritu Santo para enseñarte el significadodel Amor.

Es así porque su propósito es ayudarnos a suspender nuestro juicio de una situación para que podamos ver lo que realmente está pasando.

Para que veamos más allá del aparente bien y mal y que miremos este momento con percepción sanada. El Curso nos dice que el instante santo

se convierte así en una lección acerca de cómo mantener a todos tus hermanos en tu mente, sin experimentar pérdida alguna sino tan sólo compleción. De esto se deduce que sólo puedes dar. Y esto es amor, pues únicamente esto es natural de acuerdo con las leyes de Dios.



¿Cómo estás jugando en tu patio de juegos? ¿La paz encuentra un hogar en tu corazón? ¿Estás eligiendo ser feliz y tener la experiencia de un instante santo de liberación o estás enfrascado en tener razón y en un mundo de juicios?

A nosotros nos da miedo tener fe, volvernos a Dios , y abandonar nuestro control sobre los resultados de nuestras situaciones de vida en este mundo. Pero recuerda que Dios no te está pidiendo que sacrifiques al mundo o a tu vida, solo el control que ejerces sobre ello. Pensamos que saldríamos perdiendo si abandonamos el control, pero el Curso nos asegura que no es así:

Esto [abandonando tu control sobre el mundo] te da miedo porque crees que sin el ego, todo sería caótico. Mas yo te aseguro que sin el ego, todo sería amor


Es hora que dejemos de vivir desde el temor de la pequeñez y pérdida y que comencemos a vivir desde la grandeza del amor. Tenemos tanto miedo de soltar lo poco que tenemos (la visión que tiene nuestro ego del mundo), que estamos perdiéndonos la experiencia infinita de amor que Dios nos ha garantizado. Pero así es la práctica. Poco a poco vemos que abandonar el valor que le atribuimos al miedo (sea compartiendo una hamaca o dejar de “querer tener razón” en una discusión) nos trae más paz y una vida más feliz. Todos necesitamos practicar nuestra voluntad de vivir desde el amor y practicar el instante santo. Se nos dice en el Curso que hay un apuro celestial en este mundo y que se necesitan de los maestros de Dios ahora más que nunca antes.

Hace falta que hagamos nuestra parte en la sanación del mundo mediante la sanación de nuestras propias vidas.

Publicado por:
Beverly Hutchinson