¿Prefieres tener razón o ser feliz?

Esta es una pregunta que hace el Curso de Milagros en su Libro de Texto. Lo hace haciendo referencia a la costumbre de juzgar que tenemos muchos. También es válido, además, nos hace reflexionar cuánto hacemos apegándonos a estructuras y condicionamientos que no tienen nada que ver con nosotros, con lo que somos intrínsicamente, con nuestra naturaleza original, y cómo vamos actuando en contra de nosotros mismos, de nuestra intuición, de nuestro sentir, por seguir patrones condicionados y estructuras establecidas. ¿Cuántas veces hemos preferido tener razón? Muchas, innumerables. ¿Tener razón con nosotros mismos? No. Con lo establecido, con los condicionamientos, con las estructuras. Y hemos pagado un precio alto con nuestra tranquilidad, con nuestra armonía, con nuestra paz.Arrastramos culpas, baja autoestima, complejo de inferioridad, traumas, pero no importa, porque hemos sentido, pensado y actuado conforme a lo que dicta la razón. Y quién se hace responsable de las consecuencias. Nadie. Y nosotros pagamos el precio. ¿Porqué? ¿Porqué tiene que ser así? En parte porque no logramos darnos cuenta de este automatismo, en parte porque el esfuerzo que hacemos es poco, y mucho porque no estamos conscientes del daño que nos hacemos, buscando las causas en cualquier parte, menos donde realmente están.¿Tener razón a ser feliz? ¿Cuándo nos planteamos este problema? Y es una opción, como todo en la vida. Una opción que cambia la vida en este mismo instante, depende de lo que elijamos. Dependiendo de la elección, elegimos seguir con nuestros problemas, o cambiar drásticamente el modo de enfrentar las situaciones que nos presente la vida de hoy en adelante. Y no podemos rehuir el desafío, al menos que quieras engañarte no asumiendo la importancia, -esa es una decisión propia-, y no podrás quejarte de sus consecuencias, porque ya estamos conscientes que tenemos la opción de hacer algo distinto.Elijo ser feliz y ya no tengo que defender mi posición política o religiosa, no tengo que defender mi posición social o filósofica, no tengo que defender nada, porque al final es cuestión de geografía, si hubiese nacido en otro lugar, tendría que defender otras cosas, distintas a las que pretendía defender hasta hoy. Elijo ser feliz y ya no necesito cuestionar, criticar o juzgar a nadie por situaciones que otros me impusieron, y eso me hace libre. Y lo más importante, no necesito hacerlo conmigo mismo, puedo considerarme inocente e intachable, tal vez ignorante, -por lo cual puedo cometer errores-, y eso tiene solución.Entonces, ¿cuál es tu elección?Nosotros elegimos ser felices. Es más trascendente.
"Pasa algo curioso en la vida, cuando uno se niega a aceptar nada que no sea lo mejor, muy a menudo lo consigue"W. Somerset Maugham
Publicado por shanti_magico el 28 de Noviembre, 2006, 3:39 ~ Referencias (0)