(...)A medida que percibas a los santos compañeros que viajan a tu lado, te daras cuenta de que no hay tal viaje, sino tan solo un despertar. El Hijo de Dios, que nunca ha estado dormido, no ha dejado de tener fe en ti, al igual que tu Padre. No hay ningun camino que recorrer ni tiempo en el que hacerlo. Pues Dios no espera a Su Hijo en el tiempo ya que jamas ha estado dispuesto a estar sin el. Y, por lo tanto, asi ha sido siempre. Permite que el fulgor de la santidad del Hijo de Dios disipe la nube de culpabilidad que nubla tu mente, y al aceptar como tuya su pureza, aprende de el que es tuya.
Eres invulnerable porque estas libre de toda culpa. Solo mediante la culpabilidad puedes aferrarte al pasado. Pues la culpabilidad determina que seras castigado por lo que has hecho, y, por lo tanto, depende del tiempo unidimensional, que comienza en el pasado y se extiende hasta el futuro. Nadie que crea esto puede entender lo que significa "siempre", y de este modo la culpabilidad le impide apreciar la eternidad. Eres inmortal porque eres eterno, y "siempre" no puede sino ser ahora. La culpabilidad, pues, es una forma de conservar el pasado y el futuro en tu mente para asegurar de este modo la continuidad del ego. Pues si se castiga el pasado, la continuidad del ego queda garantizada. La garantia de tu continuidad, no obstante, emana de Dios, no del ego. Y la inmortalidad es lo opuesto al tiempo, pues el tiempo pasa, mientras que la inmortalidad es constante.