La gratitud implica la humildad y el reconocimiento de que siempre eres tenid@ en cuenta por Aquél que te creo. Es un acto de Amor y uno de los grandes “placeres” de este mundo. Dar las gracias a tod@s por el servicio que prestan y bendecirlos por ello te lleva a vivenciar la igualdad de la creación. Por ello es también un acto de perdón, pues borra de un plumazo la falsa idea de que estamos separados del corazón de nuestr@s herman@s y, por supuesto, de Dios. La gratitud granjea amig@s y de una forma muy sencilla y dulce engrandece de igual modo a quien la da y a quien la recibe; por eso y por muchas otras razones, una de las formas mas bellas de vivir es hacerlo en un constante estado de Amor en forma de gratitud y servicio a tod@s los que formamos parte de la Sagrada Existencia.
No te demores mucho en ponerla en práctica, las recompensas serán muchas. Pero lo más importante es que tú corazón se volverá aún más manso y toda tu vida será un reflejo enorme de las Gracias de Dios.
Tú te lo mereces; y los demás también.
Desde el Amor de Dios.
Gracias herman@ por existir.
Te quiero.
Tu Manuel.