El verdadero perdon

A diferencia del concepto de perdón que nos hemos enseñado como sociedad, un “perdón” que se parece más a un reparto de dadivas que otorgan aquellos que se perciben “más santos y benditos” a quienes que se perciben “menos”, el verdadero mensaje de perdón del que habla Jesús al alentarnos a “poner la otra mejilla”, tiene que ver con una verdadera aceptación y contemplación, un no juicio sobre aquello que simplemente está aconteciendo.

El verdadero perdón, nos alienta a bendecir todo aquello que sencillamente está ocurriendo, no a maldecir o juzgar, que es lo mismo.

Al emitir un juicio, desde nuestra óptica parcial, desde el filtro de nuestro marco de referencia interno, nuestro patrón de conducta repetitivo, (más allá del juicio, todo juicio entraña rechazo), sobre aquello que vemos, inevitablemente nos separaremos de ello y como efecto de dicho pensamiento de separación, inevitablemente aparecerá el dolor, el enojo, la frustración, la ira, el conflicto.

Nos hemos alejado del plano del amor y arribamos a la tierra del miedo, del dolor.
Nos hemos colocado en una situación en la que somos nosotros quienes pedimos amor a gritos.

Ante la mínima sensación de dolor (ira, enojo, tristeza, depresión, angustia, conflicto, frustración, enfermedad o miedo), lo “más inteligente” sería recurrir por ayuda a Quien conoce el verdadero camino de Regreso a Casa, el camino de la restitución de la paz en nuestra mente.

Con toda humildad y honestidad podemos recurrir a los servicios de nuestro siempre presente y sabio gran Maestro Interno, el Espíritu Santo. Al pedir con total certeza de Quien escuchará nuestro llamado: “Ayúdame a ver esto de otra manera”,comprobaremos como se produce la corrección del error de percepción, el pensamiento de juicio que hemos emitido y que nos separó llevándonos del plano del Amor, de la paz interior, de la armonía, de la salud, al plano del miedo, del enojo, de la ira, de la enfermedad y el conflicto.

Lo cierto es que vivimos con el juicio en automático sin darnos cuenta de los estragos que esto ocasiona en nuestra paz mental. Jesús en Un Curso de Milagros nos recuerda a través de sus lecciones, como perdonar automáticamente en lugar de juzgar.

Además deberíamos preguntarnos:

¿Si todo aquello cuanto nos acontece en nuestra vida, todas las personas, situaciones o cosas que aparecen, en nuestra experiencia, son el fiel reflejo del concepto que tenemos de nosotros, lejos de maldecirles y separarnos a través del juicio, no sería más acertado bendecirles, toda vez que nos están trayendo el regalo de mostrarnos las áreas de nuestra mente que aun requieren curación?